Crecer con amor y con arte

Por:  Yoamaris Neptuno Domínguez

Las jornadas Hablemos de sexualidad: Aprender para la vida, que marcaron agenda en el recién concluido calendario, tuvieron como objetivo fundamental promover buenas prácticas en educación integral de la sexualidad; por lo tanto se aspiró a que púberes y adolescentes adquieran de manera paulatina responsabilidades vinculadas a su salud sexual y reproductiva, que se reconozcan como sujetos de derechos dignos y merecedores de respeto, activos en la toma de decisiones y protagónicos de su propia vida.



En conversación con la Licenciada Carla Padrón Suárez, especialista del Departamento de Trabajo Comunitario en el Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX), institución que lidera la iniciativa, conocimos que un elemento muy importante en el que se trabaja es en el desmontaje de prejuicios y estereotipos que coartan la libre expresión de la personalidad y genera segregación y estigma entre grupos.

Se potencia el trabajo en equipo, la cohesión grupal, la toma de decisiones y el aprendizaje de habilidades de comunicación para un mejor estilo de negociación y escucha activa. Es imprescindible que púberes y adolescentes aprendan a desarrollar miradas más empáticas y comprensivas de las realidades de sus compañeros y compañeras, además de que se creen conexiones genuinas y auténticas que permitan relaciones interpersonales más humanas y efectivas.

¿De qué recursos se valieron para atraer a los adolescentes en pleno verano?

-       Lanzamos la convocatoria primero entre colegas, amistades, los grupos que se han quedado de ediciones anteriores y después en los medios de comunicación; así se corrió la voz. Es difícil por las fechas, las situaciones existentes con el transporte, la edad de los beneficiarios y sus intereses, incluso las temáticas del taller. Pero siempre alguien se suma. Nos pasó que las edades eran de 12 a 15 años y nos pidieron inscribirse dos de 11 y dos de 16, y los aceptamos. Vale decir que todos, absolutamente todos, aportaron independientemente de su edad y el haber estado o no anteriormente en espacios de capacitación.

Entre los recursos, además de las técnicas o dinámicas que ofrece la educación popular, tomamos las artes también como herramienta. Lo primero fue hacer un bosquejo de las inclinaciones artísticas y poder tomarlo como “gancho”. En el desarrollo del Taller les fuimos mostrando bibliografía que alude a los temas, alguna que otra fotografía que ilustra situaciones de violencia; siempre están presentes las dramatizaciones, y ellos nos compartieron canciones con letras que grafican muy bien el acoso, el abuso y sus consecuencias, o los que se inclinan por las artes plásticas nos trajeron historietas mediante los cómics. Fue un grupo muy valioso y valiente, desde lo humano y los conocimientos demostrados.

Uno de los momentos claves en el desarrollo del Taller fue la visualización de materiales audiovisuales que propiciaron el debate, lo cual dio paso a comentar historias cercanas sobre violencias y abusos sexuales por parte de figuras de poder.

¿Qué importancia le concedes a la utilización del arte en espacios como este?

-       He respondido varias veces a esa interrogante y cada vez lo confirmo más. Creo deben ir de la mano la expresión artística, el trabajo colectivo y la reflexión. He tenido la posibilidad de acercarme al arte en el rol de asesora, ya que se me ha pedido la colaboración en reiteradas ocasiones para supervisar guiones y la participación como especialista en programas de televisión. Para mí el arte tiene un alto valor y es una forma de llegar a los públicos de manera diáfana, diferente, más fresco.

Ahora recuerdo los encuentros a los que pude asistir como parte de las acciones de Juntarte[i], fueron espacios donde aprendí muchísimo desde otra rama o campo profesional. Ya hoy mi mirada es diferente y me sigue fascinando la idea de que los artistas se preocupen y ocupen de tener un acercamiento, una sensibilización al menos a estas temáticas. Siempre destaco la música y las letras que denigran la identidad femenina, la ubica como objeto de deseo y son verdaderas ofensas, además del mal gusto (que no tiene nada que ver con el género). Un claro ejemplo del poder que ejerce el (mal llamado en este caso) arte. Pero sí puede servir como un método de soluciones de conflictos y desmitificación de realidades. Esto pudimos comprobarlo en los encuentro; nos trajeron ejemplos claros donde se reflejan sus ideas y cómo les gustaría que se les transmitieran los mensajes.    

¿Tienen algún conocimiento de cómo lo recibieron los familiares?

-       Sí, y ha sido muy gratificante. En sentido general agradecen el taller valorado como provechoso, útil, fructífero. Le llamaron “apertura de una ventana necesaria en las mentes de los adolescentes que participaron”; despertó interés y consideran que les ayuda a ganar en autonomía y autoconocimiento para la difícil etapa en la que se encuentran.

Es sabido que se puede transmitir y comunicar mensajes, ideas, emociones, sentimientos… mediante canciones, escritos, representaciones teatrales, películas, pinturas. Quizás sin proponérselo el taller Tengo mi propia voz es otra muestra de la importancia del arte y sus alcances, incluso en los temas más peliagudos.


Nota:

[i] Juntarte. Proyecto de colaboración internacional innovador, inclusive y sostenible de artes escénicas en Cuba. Cofinanciado por la Unión Europea y codirigido por la AHS y la ONG italiana COSPE, acompañado por OAR, Fundación Fabbrica Europa y Ministerio de Cultura.

AHS 3 de enero de 2025
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