Por: Dairon Martínez Tejeda / Foto: Cubarte
Guantánamo es una ciudad de danzantes. La realización reciente de la décima edición del Encuentro nacional de Jóvenes Coreógrafos, que auspicia la Asociación Hermanos Saíz, de conjunto con el sistema institucional de la Cultura, constituye una demostración de la veracidad de esa frase.
Así lo constató el maestro de Juventudes y Premio Nacional de Danza 2006 Santiago Alfonso, quien compartió junto a los guantanameros estas jornadas del 13 al 18 de mayo.
En entrevista a Venceremos, Santiago se manifestó sorprendido y feliz por esta experiencia. Única en su vida, pues en los más de 60 años que lleva de carrera artística, nunca había estado ni oído de eventos similares, que son necesarios para estimular y ayudar a aquellos noveles chicos y chicas que siguen viendo en la danza una forma de hacer Revolución y concretar proyectos de vida alejados del mercantilismo materialista que pulula en estos días.
“He visto bailarines con buenas aptitudes y forma física, además de la calidad técnica, que, si bien puede y debe mejorar con más rigor, es un indicio de la fortaleza que posee la manifestación en este rincón de Cuba, eso es importante porque ustedes a veces están desfavorecidos y alejados de los principales centros culturales y circuitos de promoción y circulación de la danza.
“Me llama la atención la seriedad con que los jóvenes creadores están asumiendo el arte de la coreografía, con contenidos rebuscados, que reflejan sus inquietudes sociales e históricas, aunque siguen siendo principiantes en este complejo mundo, donde todos terminamos como aprendices de la vida, del entorno. Pero lo significativo es que quieren hacer y eso es primordial.
“Sí, les aconsejo que no sean conformistas, que se superen, estudien, que cultiven el intelecto. Maestros como Ramiro Guerra, así me lo enseñaron, había que saber de historia, de artes plásticas, de música, de marxismo…
“Soy un exponente del ajiaco socio-étnico-musical que es la cubanía, pasado por Ramiro Guerra, Lorna Burdsall, Alberto Alonso, Tomás Morales, Luis Trápaga, Jerome Robbins y sin dejar detrás mi negritud que va de Sarah Vaughn y Olga Guillot, a Celia Cruz, Omara Portuondo, Miguelito Valdés, Arsenio Rodríguez y Mario Bauzá. En esa mezcla puedes incluir a Billie Holliday, Dinah Washington, Count Bassie, Sammy Davis, Elena Burke y la sabrosura de los años 50 en que se gestó mi definición estética.
Todas esas influencias fraguaron en mi alma la necesidad de aprender a expresar con el cuerpo…al final eso tributa a que nuestras obras sean más maduras, auténticas y también a que tengamos claro el mensaje que queremos transmitir para defenderlo en cualquier circunstancia.
“Me alegra, especialmente el trabajo de la Escuela Profesional de Danza, siento que de ahí saldrán buenos intérpretes, como merece el maestro Alfredo Velásquez cuyo nombre lleva dignamente ese centro. Alfredo era un ser de mucha luz, así que Guantánamo no debe defraudarlo, sobre todo porque él estaba claro del potencial que tenía su tierra.
“Agradezco a la Asociación Hermanos Saíz, la oportunidad de estar nuevamente sobre un tabloncillo con gente como uno apasionada del arte del movimiento. Nosotros no somos máquinas, no basta con ejecutar correctamente una técnica, hay que sentirla y hacer llegar al público esa fuerza. Aquí hay talento para hacerlo, solo hay que saber conducirlos, por parte de los maestros y aceptar la guía, en el caso de los más jóvenes.
“Como sugerencia al evento creo que deben incluir en sus sesiones momentos dedicados al entrenamiento, físico y mental, diariamente antes de cualquier actividad; por lo demás estoy complacido y les incito a seguir creciendo como organizadores y creadores, desde el aprendizaje continuo y la investigación para hacer de cada encuentro un momento de transformación espiritual, social y profesional para y por la danza cubana”.
Guantánamo tiene talento en la danza