Por: Denia Fleitas Rosales | La Demajagua
Los espacios de la sede de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) de la ciudad del Golfo de Guacanayabo celebran la creatividad de quienes vuelcan su inspiración a las más disímiles manifestaciones artísticas y las comparten con el público manzanillero.
Formas, color y reflexión desbordan de las 18 piezas en contraste con el blanco de las paredes de la galería de la Casa del Joven Creador, emergidas del pensamiento crítico y flexible de un grupo de experimentados y noveles exponentes de las artes plásticas en la segunda urbe en importancia de esta oriental provincia de Granma.
Lunicidad perpetua es la ruta que señalan los rastros del ingenio y los pinceles de Manuel Olivera Álvarez, Moa, líder de la vanguardia que integra la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) en la región, y de figuras, como Alberto Sánchez Basto, Rafael Mesa Ferrer, Luis Felipe Gutiérrez Winclar, Ernesto Santana Rodríguez, Adelia Martín Ochoa, Ailed Mendoza Albo y Yosbani Roselló Márquez.
Plasmados sobre lienzos, cartulina, o reflejados en el audiovisual y la representación performática, expresan el sentido poético y de la estética de la membresía de la organización, que aúna de forma voluntaria y selectiva a los artistas e intelectuales de hasta 35 años de edad de Manzanillo.
Las letras igual toman su lugar entre los amantes de la expresión verbal en el taller de creación nombrado Alfredo Pérez Muñoz, donde las tormentas de ideas dan lugar a nacimientos de textos y obras, o desentrañan las profundidades de aquellos que hoy son guías para quienes inician el caminar como escritores en esta tierra literaria.
La Casa huele también a teatro. El drama y la risa de los niños habitan en los rincones que junto al público infantil manzanillero descubrieron en esta semana ¿Cómo el trompo aprendió a bailar? La presentación del proyecto teatral GIA convirtió la historia del juguete desmemoriado y sus amigos en una fuente de solidaridad, respeto, autenticidad; en una defensa de las raíces como base de la identidad individual.
Abiertas están las puertas a la música, el baile y la recreación, con invitados como el Grupo Isla; con remembranzas sonoras a clásicos de la década de los 80 del siglo XX en géneros como el rock and roll, la trova; y con la promoción de la obra emergente de los más jóvenes integrantes de la AHS.
La instalación, sita en la calle Masó entre Sariol y Villuendas, honra su nombre como hogar de acogida y propulsión de la energía activa de la vanguardia artística joven en Manzanillo.
Dinamismo en la Casa del Joven Creador de Manzanillo