Por: Yoamaris Neptuno Domínguez
Siempre es un reto el diálogo con el Maestro de Juventudes Rubén Darío Salazar Taquechel. Su discurso desde el corazón te hace cómplice de su andar que (sin lugar a dudas) intenta ser feliz por los caminos del arte. Quien conoce de sus desvelos no nos dejará mentir si lo asociamos a ese objeto inanimado o figura representativa animada por un titiritero que denominamos títere, con la diferencia de que él mismo controla cada uno de sus movimientos porque conoce claramente lo que quiere.
Sobre el Encuentro Internacional de Artes para las Infancias Corazón Feliz, su experiencia como Director Artístico y lo que esto demanda, quisimos ahondar con el también Premio Nacional de Teatro 2020.
¿Cómo llegas al Encuentro?
Yo no llegué, soy parte de su nacimiento junto a Rochy Ameneiro, cantautora y directora general de la Plataforma Corazón Feliz, desde la dirección artística (que no es lo mismo que la dirección de arte, la cual siempre ha estado a cargo de Zenén Calero). Empezamos en 2020, en plena pandemia. Las dos primeras ediciones fueron virtuales, desde el canal Cubavisión; incluso el propio evento teórico también fue virtual. Lo principal era la promoción de las canciones para las infancias creadas en Cuba, el Caribe y la región latinoamericana. Seguimos apostando por la identidad de nuestra área, por una cultura de paz y por la defensa de los derechos de los niños y las niñas sin desmayar, ni seguir ninguna moda.
El crecimiento del proyecto ha sido orgánico y se nos han ido sumando personas e instituciones que, como nosotros, apuestan por una infancia mejor, optimista y esperanzada en el futuro desde el presente.
Se declara desde su nombre como Encuentro Internacional de las Artes para las infancias, ¿qué responsabilidad implica ser su director artístico teniendo en cuenta la complejidad de cada una de las artes?
En el 2022, al tener la posibilidad de hacer el evento presencial, Rochy (que no descansa en su afán de dar felicidad a las princesas y príncipes enanos de la casa) habló de mantener el término encuentro; pero de abrirnos, más allá de la música a todas las artes. En definitive, soy teatrista, Zenén viene del mundo de las artes plásticas, tenemos colaboradores literatos, historiadores, también se insertan proyectos comunitarios y de casas de cultura. Esencialmente era ampliar la fiesta alrededor del Día Internacional de la Infancia. Más que responsabilidad, que siempre la asumo profesionalmente en cualquier proyecto que me implique, es disfrute y realización lo que siento al lograr armar un programa artístico, pedagógico, científico y multidisciplinario junto al equipo organizador, donde hay tanto ser humano sensible y consagrado a hacer felices a las infancias.
¿Qué valor le concedes a la manifestación teatral dentro del Encuentro?
Considero al teatro un arte total, por eso me dedico a ello desde que era un niño. Sobre las tablas importa la interpretación, la animación de títeres, la literatura, la música, la danza, el diseño escénico, tan vinculado a las artes plásticas. Imbricar a teatristas aficionados y profesionales asumiendo esta manifestación es de las cosas más bonitas que nos pasan en Corazón Feliz a nivel de creación para los infantes.
¿Cómo se hace la selección nacional e internacional de las obras participantes cuando existen tantas agrupaciones cuyo trabajo dedican a las infancias?
Nuestro encuentro, aunque cuenta con agrupaciones de todo el país e incluso creadores internacionales de referencia en el trabajo para las infancias, no es (ni pretende ser) un evento que busca una representatividad territorial, mucho menos de allende los mares. Hacemos una curaduría que está atenta a las dedicatorias de cada encuentro y firmemente parada sobre nuestra cruda realidad económica, social y cultural, cuya crudeza se sale de nuestras fronteras, pero es la felicidad y la formación de valores en nuestros niños y niñas lo que importa. Es la luz que nos guía.
¿Se puede considerar el programa de televisión Corazón Feliz un espacio más sistemático, cercano, de más alcance, donde se salden ciertas deudas a las que no llega el Encuentro?
El programa de televisión nació después del primer encuentro virtual. Son 27 minutos conducidos por nuestros títeres patrimoniales. Con temáticas afines a lo que defiende nuestra plataforma de trabajo. Es la gota constante en el imaginario del niño y la niña cubana. Que no se les olviden las canciones de grandes como Teresita Fernández, María Elena Walsh o Francisco Gabilondo Soler. Tampoco la de los compositores y compositoras actuales, de aquí y de la región latinoamericana y caribeña. Cada vez que nos acercamos a nuestros ideales de un mundo mejor, el horizonte se aleja y nos muestra cuántas imperfecciones tenemos y todo lo que falta por alcanzar, pero lo importante es proponerse cambiar las cosas.
Sabemos que entre las premisas del Encuentro se encuentra la de alzar voces a favor de la paz y el bienestar para niñas y niños. ¿Es Corazón feliz un sueño cumplido?
Respondo con esta interrogante: ¿No han oído decir que los sueños son la fantasía de alguien en sucesos e imágenes mientras duerme? Pues esos somos nosotros: los conquistadores de esa fantasía de un mundo mejor en medio de las carencias, las guerras y las diferencias de clases. Cada año seguimos tras ese sueño desde los sucesos culturales que impulsamos. Si no podemos hacer realidad o sea cumplir todos nuestros sueños, al menos ya hemos comenzado; y conste que no son solo nuestros, hay muchas personas, desde José Martí, para mencionar a un soñador gigante, tras esa quimera posible.
Rubén Darío no solo aspira, sino que se convierte en ese personaje dentro de la trama de Corazón feliz, con una función dramática que alcanza todas las manifestaciones artísticas. Es la figura ¿inanimada? que cobra vida gracias al esfuerzo humano y lo hace ante un público que agradece su pasión y entrega. A siete años de esta apuesta creada para ser espacio por una cultura de paz para las infancias nos regocija contar con un equipo creativo, innovador, siempre en la búsqueda por contribuir, desde la acción, a ser mejores.
Según Wikipedia:
Un títere o títeres, en un amplio sentido, puede referirse a cualquier objeto que cumpla estos dos requisitos:
- Que sea movido con un objetivo dramático o «en función dramática».
- Que su movimiento se realice ante y para un público.
Rubén Darío y Corazón Feliz, tras esa quimera posible