Por: Fernando Cabreja Garcell / Foto: El Nuevo Diario
"Los Cantores no compiten, los Cantores se abrazan ". Alí Primera.
" Canto que ha sido valiente, siempre será canción nueva". Víctor Jara.
" La canción, compañera, virginal y ramera, la canción". Silvio Rodríguez.
Brillante idea esta de que desde el 11 de noviembre de 2024, cumpleaños de Vicente Feliú Miranda, se celebre el Día mundial del cantautor.
Es decir, el día de ese ser humano común y corriente, que compuso, comunicó e interpretó sus propias canciones, no importa el soporte, el formato, ni el género, importa, ¡eso sí y mucho!, su actitud ante la creación y ante la vida, como dijo Noel Nicola.
Fue tanto lo que entregó y seguirá entregando Vicente Feliú, que escoger esta fecha se convierte ya en un hecho cultural histórico a nivel mundial, pue abre nuevos horizontes a los que andamos y andarán por estos hermosos y complejos caminos de la creación de canciones.
El autor de la célebre canción Créeme, y de otras muchas más, de nuevo nos convoca porque todavía está cantando desde algún lugar del universo.
Y como el autor de Los Seguidores está naciendo nuevamente me siento tentado, diría " urgido " , a escribir lo que quizás algunos puedan leer.
Esta vez no voy a hablar de su obra, ya estudiada en parte, y aún por investigarse mucho más , sino de lo que desde mi punto de vista considero debe ser la misión fundamental del cantautor, que en Cuba, y solo en nuestro país, le seguimos llamando trovador.
El cantautor como ser social debe descubrir y expresar con belleza, valentía y sinceridad sus íntimos misterios y también los olores ,colores, dolores, texturas y sabores de sus congéneres para su tiempo y mucho mejor sería, para todos los tiempos.
El cantautor debe ser como una centrífuga, que remueve con su cuerpo, sus ideas y sus sentimientos, los diversos caminos del alma. Le corresponde, no por decreto, sino por placer y oficio inteligente y luminoso ser una criatura tierna, rebelde y amorosa. Una flor en el cambiante vientre de la vida.
No tiene por qué ser un lobo solitario, sumergido en su mundo interior; debe saber ante todo que es un creador musical que expresa a través de un texto literario específico y de una melodía única, temas eternos que son los mismos y son otros a la luz de cada época.
El cantautor con fundamento, como prefiero denominarlo, es la conciencia crítica de la sociedad en que vive; de la naturaleza que lo rodea; de su realidad sociopolítica. De no hacerlo corre el riesgo de convertirse en un mediocre exponente de lo superficial, ya que si no puede o no logra captar y reflejar lo esencial, será un cronista frívolo, un falso vocero de sus caprichos y por lo tanto fracasará en su misión fundamental que debe ser, para mí, no claudicar en sus afanes de decir lo que siente y piensa sin autocensurarse ni dejarse manipular por nada ni por nadie.
¿Será entonces el cantautor " un electrón libre "?... No lo niego, pero tampoco lo dudo. El cantautor que hace canciones verdaderas como dijo Víctor Heredia o , "las construye" , porque en ocasiones el oficio te lo exige, unas veces motivado por el éxtasis de la inspiración y, otras veces, digamos , "obligado" , por los imperativos de su profesión; no debe tener fronteras, ni trabajar solo para él mismo, estaría cometiendo un grave error.
El cantautor, como todo artista, necesita del aplauso y del entusiasmo del público, o de los públicos, es más, y me atrevo a decirlo, de su propio público, que lo acompaña siempre contra viento y marea .
Y es que el cantautor, ese que al unísono logra ser original y auténtico, no el otro, que existe por supuesto, pero es más un simulador, un infiltrado en nuestro gremio que fabrica piltrafa con tufo a plagio. De esos cantausaurios que encontramos en todas partes no quiero hablar… no tengo estómago para ello.
El cantautor que se respete debe primero respetarse a sí mismo. Ser coherente en su propuesta ética y estética y no venderse rápido al mejor postor aunque haya que comer bien y saber vestirse.
Hay tantas canciones como cantautores. Y quién lo niega, cada cual cautiva a cierto segmento de público.
Ojo, no nos dejemos confundir, no critico a los que hacen canciones que no dicen nada; ni a los que son simples marionetas de la mercadotecnia, o del poder , no, sencillamente los ignoro.
Yo me quedo con el que propone y sugiere, con el reflexivo que invita a ejercitar el pensamiento y se adentra en el manto freático de sus raíces culturales, bebiendo de todas las músicas, de todas las literaturas, de todas las artes y ,además, aprendiendo siempre, de sus insustituibles experiencias vitales, sin apologías, con fineza y sin poses falsas. En mi caso particular soy hermano, pero hermano de verdad, del cantautor que intenta , trata y sabe que necesita superarse cada día.
Defiendo y me solidarizo con el que es capaz, con humildad y trabajo duro, de componer y de comunicarse cuando interpreta sus propias canciones, y también las de otros, pero con elegancia, buen gusto, a su manera, y siendo el mismo en la calle, al lado de la gente, o sentado en una banqueta, listo para " ofrecer su corazón ".
Ya tiene su día el cantautor