La comunicación visual: clave en la supervivencia de las revistas

Por: Cecilia Meredith

Una revista es una publicación periódica que edita artículos especializados en una materia determinada. También aborda temas de interés general con la extensión y profundidad que no permiten los diarios. Si bien aquella no es tan antigua como estos, ya que la primera que se registra data del siglo xvii (1663) en Alemania, a finales del xix proliferaron.

Las revistas son un medio de comunicación muy atractivo visualmente, puesto que, por lo general, grafican lo que cuentan. Imagen y colorido vienen a la mente cuando pensamos en ellas y saltan a la vista cuando las apreciamos. A su favor tienen que analizan estadios de tiempo superiores a los de los periódicos, es decir, se definen por la inmediatez, pero, al mismo tiempo, las cuestiones tratadas en sus artículos poseen una actualidad más duradera o permanente, por lo que permiten caracterizar un período determinado.


Entre sus intenciones están la de informar o entretener. Estas categorías pueden actuar aisladas o imbricarse. De su propósito dependerá su diseño gráfico. Son un soporte de expresión y difusión del conocimiento científico y se han convertido en voceras y en una de las principales herramientas comunicacionales de organizaciones, organismos, asociaciones, instituciones y empresas. En este sentido, su popularidad pudiera radicar en que, además de ser un medio de difusión de la información (en su mayoría novedosa) que permite incluir variedad de temáticas, suelen ser físicamente muy manejables, debido a que no tienen gran grosor.

La periodicidad de las revistas varía (semanal, quincenal, mensual, bimestral…) en función de sus fines y medios. Como toda publicación periódica, estas poseen un perfil editorial: título y secciones fijas, normas de diseño y tipografía establecidas, y requerimientos de espacio. Debido a su consecutividad y a la especialización de sus textos, tienen un amplio diapasón de autores/colaboradores y un público habitual.

Sin desligarse de las reglas básicas del diseño, las revistas ofrecen muchas posibilidades a la experimentación y libertad en el uso de la gráfica. Sus portadas cargan con el mayor valor visual, ya que tienen el reto de, a primera vista, atraer la atención del lector (de hecho, cuando la revista es comercial todo su contenido interior también está en función de ello): muchas veces engloban una síntesis de lo que se expondrá en la publicación a través de titulares e incluyen una fotografía o imagen relacionada con un elemento importante tratado en ella. Por ende, es vital la acertada elección de las tipografías, fotos, imágenes y otros recursos gráficos.   

Asimismo, el diseño abarca la contraportada; la tabla de contenidos, sumario o índice, que permite un mayor despliegue en el uso de las tipografías; y el interior, en el que se emplean los juegos con el texto para que dialogue con la concepción gráfica. La visualidad de cada artículo debe ser diferente a la del otro para establecer el inicio y el final y no confundir al lector. Hoy día se acortan los tiempos de lectura, por lo que la revista tiene que seducir a su destinatario. Esto se logra con el uso de un lenguaje sencillo y claro, la alternancia de textos largos y cortos para darle un mejor equilibrio y su estética.

Cada nuevo número o tirada implica una reinvención de la revista, sin perder la coherencia, por lo que diseñarlas representa un desafío. Las publicaciones necesitan renovar sus códigos visuales para no aburrir y desactualizarse, teniendo en cuenta las tendencias actuales del diseño. Aunque en materia de comunicación social, se producen constantes cambios, debido al dinamismo de la sociedad, en pos de satisfacer a un público cada vez más exigente, las modificaciones producidas en aquellas tienen que ser paulatinas, ya que cuentan con lectores usuales.

La ventaja es que con cada nueva edición el diseñador tiene la posibilidad de visualizar y recrear cada página y lograr un mejor acabado. Igualmente, debe tener en cuenta los diferentes sistemas y equipos de impresión, para que la calidad no se vea afectada.

Un elemento común en algunas revistas, muchas de ellas desligadas del sector estatal, es que incluyen la publicidad. Esto les permite costear su producción. Al ir destinadas a un público meta, los anuncios comerciales también deben ir dirigidos a este y adecuarse a lo que ese grupo necesita.

La inclusión de la publicidad pudiera parecer novedosa en Cuba, pero en los siglos xix y xx en el país existían firmas norteamericanas que promovían sus bienes y servicios y que tuvieron influencia en los medios impresos. A ello se debe el desarrollo de la industria gráfica y la preponderancia de la fotografía en los años 50. Con el triunfo de la Revolución se suprimieron los espacios publicitarios de los diferentes medios de comunicación, pero se heredó un sector profesional entrenado en el oficio.

Por otro lado, Internet ha influido en la evolución del mundo editorial como en su momento lo hizo la aparición de la imprenta. Cada día es más frecuente la publicación de revistas electrónicas o digitales. Mayormente tienen su antecedente en las ediciones impresas. Estas se pueden presentar de dos formas: a modo de sitio o página web, que permiten descargar la versión electrónica de su variante en papel; o como revista digital, que puede tener o no su antecedente en una versión impresa.

Aunque mucho se ha hablado acerca de la legitimidad que otorga el formato impreso a una publicación, las revistas digitales o electrónicas ofrecen ventajas difíciles de soslayar: mayores facilidades en el diseño; difusión inmediata de la información y la interacción con sus lectores/seguidores;  un mayor alcance (se pueden replicar los contenidos); inclusión de la multimedialidad, que les confiere mayor atractivo; acortamiento y agilización de los procesos editoriales; abaratamiento de los costos de las impresiones en papel; solución a las limitaciones de las tiradas impresas, distribución y venta.

Las revistas son un producto comunicacional competitivo en cuanto a contenido y diseño. En la actualidad pugnan por posicionarse en el mercado (tanto editorial como comercial). Muchas desaparecen por no ser rentables, por lo que mantenerlas y hacerlas sostenibles representa todo un reto. El diseñador desempeña un importante rol en ello, ya que la supervivencia de estas depende, en gran medida, de sus técnicas de diseño.

AHS 2 de diciembre de 2024
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