Cinco Pessoas, una antología cubana de la obra de Fernando de Pessoa

Por Yoan Cartaya

Cinco Pessoas (Editorial Arte y Literatura, La Habana, 2025) es una antología poética del gran portugués Fernando Pessoa, elaborada y traducida por el crítico, ensayista, poeta, editor y traductor Virgilio López Lemus. Su edición, a través de la colección Biblioteca del Pueblo apareció en la Feria Internacional del Libro de La Habana de 2025. Se divide en cinco partes esenciales determinadas, en un inicio, por el nombre del poeta (ortónimo) y, posteriormente, por cuatro heterónimos de Pessoa, inventados como personas y como creadores de sus significativos textos. Son ellos: Álvaro de Campos, Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Bernardo Soares.

Imagen: Instituto de Literatura y Lingüística 

La antología consta en su estructura con prologuillos y notas sobre la antología de cada “autor”, que permiten guiar la lectura desde directrices aclaratorias que posibilitan contextualizar los textos traducidos. Para dicha edición, el traductor tuvo en cuenta la traducción parcial de obras de Pessoa realizadas por escritores como Octavio Paz, José Luis García, Ángel Crespo, Andrés Ordóñez, Miguel Ángel Viqueira, entre otros.

La antología se inicia con el único poemario que Pessoa escribió en lengua portuguesa: Mensagem, el cual se divide en tres partes: “Escudo de Armas. Honra”, “Mar Portugués” y “Lo Encubierto”. En él nace una suerte de nacionalismo épico cuya presencia del mito, como elemento estructurador y temático, se hace cifra trascendente de la estética que devela. La primera parte evoca “el glorioso pasado” de Portugal desde el canto a disímiles figuras de la aristocracia portuguesa, entre las que se aprecia la del rey Don Sebastián, mitificado por la tradición de su país a partir del sebastianismo. Pessoa le infunde un papel mesiánico y alquímico como salvador que debe morir para renacer en una nueva era. El poeta teje el sueño del destino y la identidad como una melancolía profética, como quien vislumbra el orbe con la mirada vuelta hacia atrás. La segunda parte se erige con el poema “Horizonte”, elevado sobre la imagen del umbral como antítesis de sí misma, sobre ella se desliza el punto de partida más allá del límite hacia el continuo abismo de su esencia eterna, primigenia y al mismo tiempo imaginada antes del origen como derrotero implacable. Es significativo el misterio que se derrama unido al mar, la contraparte anterior al hombre, que vela una oda al corcel de Neptuno desde su límite entre lo real y lo soñado para el concilio Órfico de temores y quimeras. Siempre recomenzando, la patria entrañable del poeta vuela sobre las aguas y penetra el cielo desde las voces de la realidad, que le permiten escuchar lo sagrado susurrando arcanos de grandeza. La tercera parte de este primer libro asienta ya la utopía de la nación en su nuevo auge imperial: el Quinto Imperio.

En la compilación de poemas esotéricos presentes en la antología se concibe la esencia poética desde el atrio intuitivo del conocimiento, donde las aprehensiones, sobre la dimensión imaginativa de la palabra y el verso se dilatan hacia los descensos. En este punto el hombre y Dios son límites a trascender por medio de la poesía como abismo y celistia, habitadas correspondientemente por esos límites. Se muestra la muerte de la divinidad, su descenso correspondido por el ascenso del poeta que se eleva sobre los símbolos del canto, sorteando el abismo en un acto de fe: la poesía. Ello representa un sacerdocio de lo oculto, donde las verdades en oposición resultan, en esencia, la misma verdad.

La antología cristaliza, a partir de los heterónimos principales, la presencia de tres poemas imprescindibles para la lectura de Pessoa: “Antinoo”, “Oda Marítima” y “Tabaquería” en los que palpita con singular fuerza el lirismo del poeta. Concentrémonos en ellos.

En el caso del primero se aprecia la pérdida del amado desde la perspectiva del amor entre dos hombres, cuya base reside en la historia del emperador Adriano y su amante Antinoo, quien muere ahogado en el Nilo. El poema sostiene un tono elegíaco que cala muy hondo en el sentimiento de la pérdida de modo que representa una imagen trágica que explora a su vez la estética del cuerpo masculino desnudo como recipiente magno de la belleza, desde el recuerdo y lo que es capaz de arrebatar la muerte. Las imágenes homoeróticas son evocadas a partir de la melancolía como una pérdida tan grande que hasta los dioses, en algún sentido también padecen. Para este entonces queda revelada una parte de la intimidad del poeta la cual llevó a lo largo de su vida con mucha discreción. Desde el inglés, se incluye la traducción del poeta colombiano Hernán Vargascarreño, único texto no traducido por Virgilio López Lemus.

“Oda marítima” legitima, completamente, el mar como contrapunto simbólico de la poética de Pessoa. El océano como vastedad y misterio, constante en su energía. Es un viaje emprendido hacia el prodigio inmarcesible de la inmensidad, donde el hombre es la suma de todos los hombres. Incontable sobre el abismo el poema se despeña hacia lo desconocido, un Ulises que retorna hacia el eterno final del origen cargado de nostalgias y huidas, sacudido por el Ponto en un caos violento emergido de la ida. La existencia y la nada se presentan como extremos de la conciencia percibidos en la plenitud inasible de lo arcano, latiendo junto a la máquina y la nostalgia de su eco. Enigma primordial de toda esencia.

“Tabaquería” encarna la nóesis de la existencia y la angustia existencial, es un absoluto cuestionamiento de la identidad frente a las implicaciones de ser en el universo, donde se revela la naturaleza de cada hombre, objeto y fenómeno como una esencia homogénea tan carente de sentido como portadora de él. Una verdad universal ignorada a causa del envoltorio presente en toda sustancia, Pessoa la vierte sobre los moldes poéticos para dar forma al quebranto de vivir. Se hace presente la fragmentación del ser ante el cuestionamiento sobre la falsedad, posibilidad y misterios inherentes a la experiencia humana en su interacción con el todo, de modo que dicha interacción remite a la soledad, aislamiento, ironía y desencanto de cara a lo trascendente y su falta de relevancia con respecto a la cotidianeidad.

Imagen: La Jiribilla

La poesía de Fernando Pessoa es una meditación filosófica donde la identidad se desdobla en fragmentos de espejos rotos: sus heterónimos encarnan la posibilidad de un “yo” fijo, que da forma a la duda existencial del hombre. Entre el desgarro modernista y la serenidad clásica, su obra navega la paradoja de buscar lo eterno en el misterio de los límites “El poeta es un fingidor que duele de verdad”. Lo que da lugar a tabaquerías y océanos como símbolos de inmensidad frente al contable hombre. Pessoa no escribió poemas, modeló abismos verbales en interrogantes sobre los umbrales del ser y la palabra. Cómo aspirar la realidad si se corre el riesgo de ser un sueño de nosotros mismos.

Esta antología nos revela a un Pessoa en un español caribeño, que nos acerca más el espíritu de su obra, es la más amplia muestra cubana de la obra de este inagotable autor , de unos de los mayores poetas del siglo XX. Leerla en su conjunto es una gracia de la poesía, un regalo noble, una ventana abierta al grandioso orbe lírico de Fernando Pessoa.

Administrator 14 de julio de 2025
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